“Nada es tan terrible” de Rafael Santandreu.

SANTANDREU, Rafael: “Nada es tan terrible”. La filosofía de los más fuertes y felices. PENGUIN RANDOM HOUSE, Grupo editorial, 2018. Ensayo, libro de autoayuda. 314 páginas.

Con este libro de autoayuda de Rafael Santandreu he incumplido el número de páginas que leo antes de abandonar la lectura del mismo, he pasado de la página 50 llegando a la 156.

En la página 148 se me han caído “los palos del sombrajo” como dice el dicho. En concreto en el párrafo 3º que transcribo a continuación: “La traición, la puñalada, la vejación…están sólo en nuestra mente neurótica. En la bella inmensidad de la realidad, esas expresiones melodramáticas simplemente no tienen sentido”.

Yo le diría al autor que siempre dependerá del tipo de traición, puñalada o vejación que se realice. Se me ocurren millones de ejemplos en los que detrás no hay ninguna mente neurótica, sino personas dañadas por el dolor que han sentido tras una traición, puñalada o vejación, es cierto que hay que superarlo, mirar hacia delante, sobrevivir, pero nunca se tratará de mentes neuróticas sino de personas emocionalmente dañadas y, para ello, hay que dar un tiempo, como dicen los psicólogos “vivir el duelo”, para poder afrontar la vida tras un “resquebrajamiento emocional” porque el ser humano es un ser sensible, aunque hay excepciones.

En general, de las 156 páginas que he leído, me ha parecido un libro de tintes religiosos, “si te dan en una mejilla debes poner la otra”, pues no estoy de acuerdo, nadie debería de dar en “la mejilla” de otro; y desde luego, si te dan, debes quejarte, preguntar por qué lo ha hecho, valorar si esa persona que te ha dañado merece la pena; y sobre todo, decidir libremente si quieres o no darle la oportunidad de seguir disfrutando de tu persona o alejarte definitivamente de ella porque no es merecedora de tu estima.

4 comentarios

  • Adolfo Molina Fernández

    De la filosofía de la actitud positiva se pasa al espiritualismo de la aceptación, luego a la religión de que todo lo que pasa tiene algún sentido (oculto) y de que la rebeldía es solo cuestión de ego. Para llegar a que la razón es un obstáculo de la fé y un estado superior de consciencia, y que la felicidad reside en ” el no juzgar”, cuando era pequeño se llamaba resignación. Buenas gentes han intentado un camino de búsqueda, algunos se han venido arriba y han vuelto a la doctrina, a la casilla uno, la del medievo, la que me intentaron inculcar de niño. No todos, menos mal.
    Me ha encantado tu artículo Elena.

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