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“La sombra del olvido” de J.F. Rives.

J. F. RIVES: “La sombra del olvido”. La habitación de los recuerdos. Editorial Círculo Rojo.

La historia nos sitúa en un pueblo del sureste español en los años previos a la Guerra Civil Española.

El protagonista de la novela a edad muy temprana abandona el pueblo para educarse en el seminario. Tras la  ausencia durante diez años y haber vivido la experiencia del seminario se reencuentra con la vida, costumbres y gentes de su pueblo natal, para él desconocidas. No guardaba recuerdos, es una nueva vida, la cual disfrutará y sentirá habérsela perdido tantos años.

Pero esta felicidad pronto será truncada por el inicio de la guerra, que rompe con la convivencia cordial de los habitantes del pueblo, con las fiestas y tradiciones, con la libre expresión. Habrá que aparentar lo que no se siente ni se piensa para poder sobrevivir.

Si hasta entonces la vida se desarrollaba fuera de las paredes de las casas, las puertas de las mismas se cerrarán por miedo a exponerse, a ser denunciado por sus vecinos y amigos de otros tiempos. Ello supone traspasar la línea de la vida a la muerte.

Nuestro protagonista se verá obligado a ingresar en el bando nacional, donde conocerá el horror, odio, la sin razón pero también el amor.

Finalizada la guerra, la vida en el pueblo no se recuperará, permanecerá el miedo, la desconfianza, la simulación de lo que no se siente ni piensa, las apariencias de lo que no es. Solo habrá libertad de expresión tras la puerta, en la intimidad familiar.

Hay dos figuras que marcarán la vida de este pequeño pueblo del levante, dos párrocos, el predecesor y dañino, muy alejado de la doctrina católica; y un párroco amigo del seminario del protagonista que luchará por la justicia y la democracia, que tendrá presente que olvidar es morir, que no puede haber perdón ni justicia si se olvida.

El autor, J.F. Rives, nos sorprende con una magnífica escritura, una narración muy cuidada e hilada. El encuadre espacio-temporal de la novela y su historia, aún sabida, no deja de emocionarnos, de provocar sentimientos de indignación y en última instancia de tener esperanza.

“Patria” de Fernando Aramburu.

ARAMBURU, Fernando: “Patria”. Tusquets Editores, S. A., 2016. Colección Andanzas. 642 páginas.

Narrativa magistral de Fernando Aramburu que llega a mis manos a través del buen consejo literario de mi amigo Teo.

Hacía tiempo que no experimentaba tanto disfrute con la propia narrativa, independientemente de su contenido, que en este caso también es muy bueno, con un trato de distancia entre víctimas y verdugos, dónde caben los sentimientos de unos y de otros. La novela está tan bien escrita que daría un poco igual de qué hablase, qué nos contase.

Fernando Aramburu nos relata las vivencias de dos familias vascas del mismo pueblo que tras el trágico acontecimiento que les afectó directamente y que cambiaría y marcaría sus vidas para siempre, sobreviven como pueden.

Corren malos tiempos en el País Vasco, la ideología político-terrorista de ETA realiza ejecuciones de aquellas personas que considera que son enemigos del país. Obligando a un posicionamiento, o estás con ellos o eres enemigo, y por tanto, te conviertes en el punto de mira de sus acciones terroristas. No basta con ser vasco, hay que “parecerlo”, hacer lo que ellos dicen, pensar lo que ellos quieren, sentir como ellos. Así, el pueblo vasco se divide, inclusive, dentro de las familias, de las amistades, de los ideales. El miedo impera, se siente, se huele, se ve. Surge la sinrazón, la incomprensión, el fanatismo. La Patria es de todos, pero algunos No lo saben.

El autor nos lleva hasta el corazón de los personajes, su soledad, tanto de unos como de otros. Nos cuenta la historia de estas dos familias relatada por cada uno de sus miembros, que en otros tiempos felices fueron más que amigos. Nos habla de sus posicionamientos, su angustia, su miedo, su victimismo. Todos se consideran víctimas, incluso los fanáticos ejecutores.

Vidas truncadas, en unos casos por la pérdida y el dolor, en otros, por la venganza y la soledad que sienten cuando ETA deja las armas. Y todos ellos con la libertad perdida, unos por no poder expresarse, otros por haber perdido el dominio, la sumisión del contrario, la banalidad del objetivo. Todos planteándose por qué luchaban.

Las víctimas piden el perdón, aunque no olviden.

Las víctimas necesitan saber, necesitan el perdón para descansar en paz.

 Al final de “Patria”, la justicia y la sensibilidad con el dolor ajeno ocupan su lugar preciso.

Para mí, esta novela es un clásico de la Literatura.