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“La sombra del olvido” de J.F. Rives.

J. F. RIVES: “La sombra del olvido”. La habitación de los recuerdos. Editorial Círculo Rojo.

La historia nos sitúa en un pueblo del sureste español en los años previos a la Guerra Civil Española.

El protagonista de la novela a edad muy temprana abandona el pueblo para educarse en el seminario. Tras la  ausencia durante diez años y haber vivido la experiencia del seminario se reencuentra con la vida, costumbres y gentes de su pueblo natal, para él desconocidas. No guardaba recuerdos, es una nueva vida, la cual disfrutará y sentirá habérsela perdido tantos años.

Pero esta felicidad pronto será truncada por el inicio de la guerra, que rompe con la convivencia cordial de los habitantes del pueblo, con las fiestas y tradiciones, con la libre expresión. Habrá que aparentar lo que no se siente ni se piensa para poder sobrevivir.

Si hasta entonces la vida se desarrollaba fuera de las paredes de las casas, las puertas de las mismas se cerrarán por miedo a exponerse, a ser denunciado por sus vecinos y amigos de otros tiempos. Ello supone traspasar la línea de la vida a la muerte.

Nuestro protagonista se verá obligado a ingresar en el bando nacional, donde conocerá el horror, odio, la sin razón pero también el amor.

Finalizada la guerra, la vida en el pueblo no se recuperará, permanecerá el miedo, la desconfianza, la simulación de lo que no se siente ni piensa, las apariencias de lo que no es. Solo habrá libertad de expresión tras la puerta, en la intimidad familiar.

Hay dos figuras que marcarán la vida de este pequeño pueblo del levante, dos párrocos, el predecesor y dañino, muy alejado de la doctrina católica; y un párroco amigo del seminario del protagonista que luchará por la justicia y la democracia, que tendrá presente que olvidar es morir, que no puede haber perdón ni justicia si se olvida.

El autor, J.F. Rives, nos sorprende con una magnífica escritura, una narración muy cuidada e hilada. El encuadre espacio-temporal de la novela y su historia, aún sabida, no deja de emocionarnos, de provocar sentimientos de indignación y en última instancia de tener esperanza.