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“Tío Tim” de Fernando Bernadó Gavín.

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BERNADÓ GAVÍN, Fernando: “Tío Tim“. Depósito Legal Z-1162-2021.

Este libro tiene un gran significado para mí. Son las vivencias de mi suegro Fernando Bernadó Gavín, a la edad de nueve años, y su hermano, Juan José.

Ambos iniciaban unas vacaciones en el campamento del Valle de Ordesa, en julio de 1936, con el grupo de scouts de Zaragoza.

Pero no iban a ser unas vacaciones al uso. La Guerra Civil Española entraba a formar parte de las mismas.

De los quince días, de la estancia prevista de los exploradores de Zaragoza en el valle, esta aventura, pasó a durar casi un año, permaneciendo aislados y separados de sus familias, que al final terminaron en Francia.

Fernando formaba parte del grupo de los lobatos, por ser de los más pequeños del campamento.

El resto de la historia os la dejo para que la leáis, tal y como, la vivió mi suegro.

El motivo de esta nueva entrada es por la gran cantidad de personas que se han interesado por la historia, a raíz de hacer la reseña del libro: Historia de un campamento“ de Patricio Borobio, 2017. Como las personas interesadas no encontraban este libro, ya que se hizo una edición muy pequeña. Les hablé del libro de mi suegro, y en más de una ocasión me lo han solicitado y lo he enviado.

Pero siguen más personas interesadas, y por ello, una vez hablado con toda la familia, y tras registrarlo, lo pongo en PDF en esta entrada para que todo aquel que tenga interés pueda leerlo.

Tengo que decir, que Fernando Bernadó escribió su experiencia mucho antes que el libro de Borobio, en 1967. Que este relato permaneció, mecanografiado por él mismo, en un cajón hasta que se realizó una lectura por entregas. Y me explico: Fernando Bernadó, tuvo su primer nieto en 1984, al cual se le puso el mismo nombre que el del abuelo, Fernando. Entre ambos había química. Luego nació su primera nieta en 1986, Marta, hermana de Fernando. Pero no vivían en la misma Comunidad Autónoma que el abuelo. A él se le ocurrió la idea de contar a sus nietos, la experiencia vivida en el campamento de verano de los Boys Scouts de Zaragoza, enviándoles cartas con trozos de su relato, como una novela por entregas.

Mi hijo Fernando conserva sus cartas como un tesoro.

Fernando después tuvo más nietos –Borja, Jorge y Clara-.

Mi cuñada Pilar, hija de Fernando Bernadó, estuvo en contacto con Patricio Borobio, una vez fallecido mi suegro -12 de febrero de 2010-,  y le entregó el relato de Fernando, pero él ya sabía de su existencia, porque el propio Fernando se lo hizo llegar a finales de los años 60.

Aquí os dejo el PDF, espero que lo disfrutéis como todos nosotros lo hicimos.

Gracias, Fernando.

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Tío Tim – Fernando Bernadó

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Índice de críticas literarias.

Elena Fercun

Sígueme en @elenafercun

“Historia de un campamento” de Patricio Borobio.

BOROBIO, Patricio: Historia de un campamento. Edita la Federación de Scouts -Exploradores de España (ASDE)-, 2017. Impreso por Garán Comunicaciones, 2018. 395 páginas y fotografías de los protagonistas de esta historia verídica.

Antes de leer el libro, esta historia real ya estaba en mis recuerdos. Mi suegro, que es uno de los protagonistas, nos la había contado y la había escrito en papel, aunque nunca llegó a ver la luz pública. La leímos y conservamos en la familia. Mi hijo Fernando, llamado así por su abuelo paterno, recibía cartas de él donde le contaba la historia. Cartas que aún conserva. Posteriormente el abuelo, Fernando Bernadó, recopiló toda la historia en una novela inédita.

Ciñéndonos en la novela histórica de Patricio Borobio, en ella se cuentan los acontecimientos y las vivencias por un grupo de scouts y, lo que iba a ser un divertido y tranquilo campamento de verano que duraría 15 días en el Valle de Ordesa, Pirineo aragonés, en julio de 1936, al final se convirtió en una odisea ambientada en una situación de guerra civil en el país.

En este campamento, no sólo se encontraba mi suegro, Fernando Bernadó, donde cumplió 12 años, sino también su hermano Juan José un año mayor que él.

El 18 de julio de 1936 se produjo el levantamiento militar contra el gobierno establecido en España, la República. Zaragoza, de la que procedían todos los exploradores, fue una de las ciudades tomadas por el bando sublevado. El Valle de Ordesa permanecía bajo el control del gobierno de la República. De tal forma quedarían separados padres e hijos.

De las 72 personas que se encontraban en el campamento eran 16 adultos -jefe de campamento, instructores y el cocinero-, y 56 scouts y el hijo del cocinero -la mayoría menores de edad-, quedaron aislados en un valle idílico, apenas explorado, con racionamiento de comida, pasando frío, hambre y prohibición de salir del campo donde se encontraban. Comenzando una aventura de supervivencia que ninguno de ellos podía haber imaginado nunca.

Esta pesadilla no duró los 15 días del campamento de verano, duró 11 largos meses, de los cuales, los 2 meses y medio primeros, ni los padres en Zaragoza tomada por los insurrectos, ni los hijos en el Valle de Ordesa supieron nada los unos de los otros. Las pocas noticias que llegaban de Zaragoza eran tardías y poco fehacientes alterando los ánimos y creando un gran desasosiego y preocupación entre los exploradores.

El jefe del campamento, Herman Timmerman, holandés, el tío Tim para todos los pequeños exploradores, fue el pilar, el mensajero, el padre y la madre de todos, sobre todo de los más pequeños.

Los exploradores se dividían en grupos -Goya, Aragón, Patria, Zaragoza, Ebro y Lobatos- según las edades.

El grupo de los Lobatos contaba entre 8 y 10 años. Mi suegro estaba en el grupo Ebro – 11 y 12 años-, su hermano en el grupo Zaragoza -13 y 14 años-.

Los instructores, con valentía y dedicación permanecieron unidos protegiendo a los 56 scouts durante toda la andadura.

Los lugares visitados en los que permanecieron diferente tiempo fueron: Ordesa, Aínsa, Barbastro, Barcelona -en España- , Marsella y Lourdes -en Francia-.

Desde el primer momento, la intención del gobierno de la República fue trasladarlos a la URSS, como hacían con los niños huérfanos o desplazados.

Una vez en Barcelona, el gobierno de la Generalitat y la Cruz Roja Internacional, llegaron al acuerdo de evacuar a los menores a Marsella y los mayores de edad -22 exploradores e instructores- permanecieran en Barcelona.

El 22 de octubre, los menores y el tío Tim -como siempre lo llamó mi suegro-, fueron evacuados en el barco “Anfa” a Marsella -Francia- y una vez allí, acogidos en un convento de franciscanos amparados por la Cruz Roja Internacional.

El 24 de octubre, 46 exploradores llegan en ferrocarril a Lourdes, atendidos en el Asilo Sanint Frai donde permanecieron 7 meses.

El 26 de octubre, justo un mes después que mi suegro Fernando Bernadó cumpliera 12 años en el campamento, los representantes de los padres en una reunión celebrada en Burgos, reciben noticias de sus hijos por primera vez desde el alzamiento militar.

Los 22 mayores de edad quedan retenidos en Barcelona esperando un canje con un grupo de coristas que se encontraba en Zaragoza.

Trágicas peripecias en tiempos de guerra.

El resto de la historia no os la cuento, la tendréis que leer. ¡Merece la pena!